!SOLO QUERÍA ANIMARTE!




“Nuestra actitud hace verdaderos milagros”, los triunfos más soñados o las derrotas más amargas pueden ser verdaderas aventuras de renovación, reconstrucción personal o de tristeza constantemente. 

¿Quién no ha perdido nunca? ¿Quién no conoce la victoria?, todos vivimos navegando entre luces y sombras que seguramente llenan nuestros recuerdos de grandes sonrisas y amargas lágrimas, pero… la muerte no aparece a consecuencia de una lamentable pérdida, ni la vida eterna es el premio consecuente del éxito. 

¡Animo!, es hora de llenar tu alma de motivos para seguir adelante y tu cuerpo de fuerzas para la batalla; ningún ser humano podría disfrutar el dulce sin saber por sí mismo el significado de lo amargo. 

Pero tengan cuidado, la formula vital funciona al contrario también, no hay felicidad eterna, los triunfos son efímeros y tal como llegan suelen ausentarse dejando en nosotros un vacío muy dañino. 

Recuerdo en este momento una parábola muy bonita: hace mucho tiempo, compartían habitación dos enfermos terminales, esa habitación contaba con dos camas y una ventana, la ventana estaba muy cerca de uno de los dos enfermos, quien aprovechaba la situación para contarle a su compañero de infortunio las maravillosas cosas que ocurrían en el mundo exterior. 

El hombre que estaba lejos de la ventana solo podía imaginar todo lo que su amigo le contaba con pintorescas palabras y elocuentes narraciones; recuerda los desfiles, paisajes, niños y niñas jugando en el prado cercano al hospital… esas bellas palabras le animaban en su dolorosa enfermedad y terminaban por ayudarle a sobrellevar su situación. 

Un día inesperado nuestro narrador maravilloso murió calmadamente mientras dormía, cuando la enfermera llegó, a la mañana siguiente, ordenó que retiraran su cuerpo y mientras eso sucedía el enfermo sobreviviente le pidió que le ubicaran a él cerca de la ventana, pues era su contacto con el mundo y un aliciente de vida; la enfermera sintió pena por ese hombre casi inmóvil y le ubicó en donde él quería. 

El enfermo, se mostró desilusionado al ver a través de la ventana y descubrir que solo podía observarse un frío y pálido muro, muy triste preguntó ¿por qué me engañaba tanto tiempo?, la enfermera lo miro con ternura y sonriendo le dijo… el paciente era completamente ciego… y tal vez solo quería darle ánimo. 

Nadie puede conocer a plenitud el verdadero valor del corazón humano y tampoco sus mociones primarias, continuamente experimentamos sentimientos que nos guían a través del camino y que sin ayuda de la razón nos impulsan a continuar a pesar de todo. 

El anhelado balance perfecto de nuestra vida solo existe en nuestra condición mental y actitud de vida, podemos arruinar el placer y llegar a sentir plenitud frente al dolor, todo depende de la forma como hayamos decidido seguir nuestro camino. 

Ahora yo les pregunto: ¿eres ciego?, o la ventana esta tapado por un muro, no se eso dependerá de cada uno. Darse ánimo, llenarse de ilusiones y motivos para seguir luchando son obligaciones naturales de nuestro ser. Por otro lado celebra con la misma prudencia que tendrías para asumir las derrotas. 

Ganar y perder son situaciones hermanas de nuestra sencilla humanidad.

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