Un trozo mas, un trozo menos...

UN mensaje muy importante en la sociedad de los sentimientos aparentes y brillantes...

Un día escuché que hace tiempo un joven se situó en el centro de un poblado y exclamó que él poseía el corazón más hermoso de toda la comarca. Una gran multitud se congregó a su alrededor; todos admiraron y confirmaron que su corazón era perfecto pues no se observaban ni máculas ni rasguños... !si!, coincidieron todos aquel era el corazón más hermoso que hubiesen visto en la vida.


Al verse admirado el muchacho se sintió orgulloso, con mayor fervor y fuerza aseguraba poseer el corazón más hermoso de todo el lugar.


De pronto un anciano se acercó y les dijo: ¿por qué dices eso, si tu corazón no es tan hermoso como el mío?, sorprendida la multitud y el joven miraron el corazón del viejo y vieron que aunque latía vigorosamente, éste estaba cubierto de cicatrices y hasta había zonas donde faltaban trozos que habían sido reemplazados por otros que no le correspondían, pues se veían bordes y aristas irregulares en contorno. Es más había lugares con huecos donde faltaban trozos muy profundos.


La mirada de la gente se sobrecogió - ¿cómo puede él decir que su corazón es más hermoso?, pensaron... El joven contempló el corazón del anciano y al ver su estado maltrecho se echó a reír; "debes estar bromeando", dijo, "comparar tu corazón con el mío... el mío es perfecto, en cambio el tuyo es un conjunto de cicatrices y dolor."


"Es cierto," comentó el anciano, "tu corazón luce perfecto, pero yo jamás me involucraría contigo; mira, cada cicatriz representa una persona a la cual entregué todo mi amor... arranqué trozos de mí corazón para entregárselos a cada uno de aquellos que he amado, muchos a su vez me han obsequiado un trozo del suyo, que he colocado en el lugar que quedó abierto, como las piezas no eran iguales quedaron los bordes por los cuales me alegro, porque al poseerlos me recuerdan el amor que hemos compartido…", y continúo "hubo oportunidades en las que entregué un trozo de mi corazón a alguien pero esa persona no me ofreció un poco del suyo a cambio de ahí quedaron los huecos.”


El joven permaneció en silencio, lagrimas corrían por sus mejillas. Se acercó al anciano, arrancó un trozo de su hermoso corazón y se lo ofreció; el anciano lo recibió y lo colocó en su corazón, luego arrancó un trozo del suyo, ya viejo y maltrecho, y con él tapó la herida abierta del joven. La pieza se amoldó, pero no a la perfección; al no haber sido idénticos los trozos, se notaban los bordes.


Muchas veces pretendemos caminar sin que nuestros pies sufran cansancio y se maltraten por el lógico rodar en el camino; la personas creen que amar es simplemente recibir y disfrutar, pero eso no es así, vivir implica entregar y amar a veces significa sufrir.


Queremos comer las frutas sin tener que sembrar y cosechar, amar implica entregarse como dice una hermosa canción, vivir tiene un costo y entre más lo pagamos más logramos disfrutar del arte de vivir.


Apreciados lectores, no puede haber resurrección sin cruz, el calvario es el camino, que aunque sufrido nos lleva a la nueva vida.


Cuando nuestras vidas se cruzan lo hacen de manera definitiva, ganar y perder son causa y efecto de la existencia misma y por eso debemos saber aceptar las pérdidas afectivas, con el pleno convencimiento que un fracaso trae consigo la oportunidad de conseguir algo nuevo.


Tomar riesgos es interesante, siempre podemos aprender a amar con intensidad y entrega, lo que nos hace vibrar. Un mensaje muy importante en la sociedad de los sentimientos aparentes y brillantes...

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