Cada quien en su lugar.




Una de las situaciones mas complejas que pueden afrontar los seres humanos es la separación de sus padres, definitivamente esto es algo que puede afectar de por vida a cualquiera. 

Generalmente los problemas que generan los divorcios jamás se detienen en la vida de los hijos, no por falta de amor por parte de los padres, sino por el amor propio de cada uno de ellos. Bien, pretender que hoy por hoy un hogar dure lo que duraban los hogares antiguos es demasiado y más aún esperar que los padres ya separados no rehagan sus vidas afectivas con nuevas parejas. 

Las familias ya no se conciben como antes, ahora en las instituciones educativas uno se encuentra con diversas conformaciones de familias: con tíos, abuelos, amigos y padrastros... 

A pesar que los jóvenes son muy abiertos a las nuevas estructuras de familia, también lo son los casos de abuso por parte de los padrastros y madrastras sobre los menores a su cargo... marcando profundamente su imagen en la sociedad, llegando al punto que dicho rol genera antipatía en la gran mayoría de niños y niñas. 

Los vínculos que sostienen a las familias principalmente son genéticos o de sangre en un lenguaje más coloquial, ellos son algo que absolutamente nadie puede cambiar. No importa lo distante o tosco que parezca un padre para su hijo, siempre será el padre. Así que pretender ser papá o mamá de alguien que biológicamente no tiene ninguna relación con nosotros es algo muy complicado. Una relación de ese tipo debe marcarse por la responsabilidad y la seriedad que debe imprimirse a una gran amistad. 

Hace unos días en este mismo espacio aconsejaba a los padres para que lograran ser verdaderos amigos de sus hijos, y esta fórmula es muy válida para los padrastros, ser amigos de los niños y jóvenes es la clave del éxito sin pretender reemplazar el rol de la persona que por naturaleza lo tiene, no es apropiado robar el papel a una madre aunque no este en medio de sus hijos, eso es algo que todos debemos respetar para ganar espacio valioso en la vida de aquellos que en ese momento estén bajo su tutela. 

Lo prioritario si usted está en dicha posición es tener claro cual es su papel frente a la vida de los menores: los juegos, las caricias y la confidencialidad deben ser medidas al ritmo que corresponde en su caso determinado. Si un padre o una madre deben ser muy prudentes en el trato que dan a los hijos, más debe serlo un padrastro con sus hijastros; recuerde que dicha tarea es un papel que tiene cierto estigma social, que generalmente la gente ha terminado asociando con depravación y abusos. 

La confianza es un bien que construimos a diario y durante mucho tiempo; el cual se pierde en contados segundos irremediablemente. 

No olvide que los seres humanos somos muy complejos y que dependemos en gran parte de aquellos aspectos biológicos que muchas veces tratamos de negar, la frase de cajón “él es como un padre para mi”, en si misma encierra la respuesta, es como... pero no lo es. 

Esta claridad debe ubicarnos en la medida real de la verdadera influencia que debemos representar en los hogares. Aceptar a tu pareja con sus hijos es realmente un acto de amor, pero luego se convertirá en un acto de verdadera paciencia.

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