Calidad y excelencia educativa, calidad y excelencia de la sociedad.
El problema educativo Colombiano
pasa en la actualidad por un proceso mediático suscitado por el ministerio de
educación nacional que propone un proceso de calidad desde una supuesta
excelencia y profundos cuestionamientos a un solo de los sectores
intervinientes en todo el desarrollo educativo, creo sinceramente, que el
problema educativo no debería abordarse desde aspectos coyunturales, deberíamos
hacer una profunda reflexión estructural del sector, para identificar las falencias,
las fortalezas y las oportunidades que existen en nuestro medio para proyectar una
verdadera calidad que requiere la construcción de un mejor país.
Es trivial proyectar de forma
mediática, amarillista e irresponsable un propósito de calidad 2025 sin contar
con las bases del sector, el direccionamiento de la propuesta ha ignorado de
plano la realidad de un país y de una administración meramente material de la educación
Colombiana, sin negar que pueda tener las mejores intenciones, es por decirlo
respetuosamente, inocua.
Antes de mirar a los docentes
como únicos y exclusivos responsables de la baja calidad y eficiencia del
sector podríamos analizar una breve pregunta, ¿qué responsabilidad que cabe al
gobierno? Cuando más allá de los temas presupuestales se ha dedicado durante
los últimos 25 años a importar modelos pedagógicos de otras realidades
sociales, imponiéndolos sin la debida reflexión e inculturación en un país
multiétnico, multicultural y económicamente inequitativo, que nos dejar ver la
concentración de recursos en las cabeceras urbanas y el abandono total en la
ruralidad.
¿Qué responsabilidad nos cabe a
los docentes? Por no haber protestado y detenido esa imposición educativa de extranjerismos
pedagógicos a la que se ha sometido nuestro sector por tanto tiempo, arruinando
muchas generaciones de niños y niñas que asisten a una escuela donde se encuentran
con más preguntas que respuestas…
La verdadera tragedia es que
nuestro país no avance en la creación de una propuesta educativa propia que
parta de la realidad del colombiano y responda creativamente a los desafíos del
campo, la ciudad, la violencia y la paz, entre muchos otros...
Han creído que educar es
simplemente el arte de que un educador dirija un proceso formativo, cayendo en
un contrasentido, al ignorar que hoy concebimos el proceso educativo como la
interacción de las experiencias significativas entre varios actores de una
comunidad educativa, no es posible que hoy la ministra proponga unas metas de
calidad sin haber consultado las bases para que ella exista, cuando la política
económica va en clara contravía de la cobertura efectiva y la respuesta a la
necesidad de educando.
No se trata de reclamar mejores
salarios únicamente, esto sería la menor parte de esa supuesta calidad, la
infraestructura educativa colapsa en medio de la respuesta tardía del sistema
por mejorarla o al menos por mantenerla en las mínimas condiciones de dignidad,
la reducción de la planta de personal, no solo docente, las instituciones ya no
cuentan con funcionarios administrativos para garantizar un ambiente sano en
los colegios.
Comparar las cifras inertes de
unas pruebas exógenas es la parte más sencilla del trabajo, definir la calidad
sólo desde el resultado es una clara contradicción con el modelo importado que
habla de cualidad cuando la evaluación simplemente clasifica por cantidad… más
humanos, menos mecanos… pero el presupuesto depende de los números y no de las
necesidades de los niños de las regiones de la patria.
La ley de educación definió
claramente quienes participan del proceso educativo y a las familias se les
ignora por completo ante cualquier reforma, la participación de los padres se
va eclipsando en los colegios y en la práctica en la misma sociedad, algunos ya
no se interesan, otros no cuentan con el tiempo para intervenir en la formación
de los jóvenes por tener que conseguir dinero para el sostenimiento básico de
su núcleo familiar.
Las instituciones exitosas en el
campo educativo han podido personalizar los procesos, dignificar la necesidad
del educado rechazando por completo la mera posibilidad de estandarizar al ser
humano, cosa que no es posible lograr si se trata de cumplir el precepto de la
tasa técnica, tasa que dicho sea de paso privilegia del costo y no el
beneficio.
Como pasara en el sector salud,
estamos asistiendo a la metamorfosis del derecho de la educación, a la
mercantilización del servicio educativo, las consecuencias serán las mismas no
tengo duda, cuando los intermediarios requieran su ganancia el sacrificado será
el último usuario, los menores que buscando educación encuentran un problema
político que no les responde sus preguntas, que solamente se preocupa por hacer
alcanzar lo poco que la corrupción de una clase política dejan llegar a las
instituciones educativas, entidades que ya no tienen derecho a recursos para infraestructura
y materiales didácticos innovadores, todo lo contrario deben competir por la
vía del proyecto para que alguna pequeña asignación le llegue cada tanto.
Ahora si pregunto ¿calidad? Y cuál
será el aporte de cada sector para la construcción de un modelo educativo Colombiano,
con sus propios contextos, con sus propios criterios evaluativos y con su
propia política de calidad…
El resultado del examen para el
estudiante que se copia siempre será el mismo, puede que el número de la
calificación sea excelente, pero el verdadero aprendizaje siempre será un
fraude…
Un pacto por la educación debería
partir señor Presidente por el compromiso de no copiar más modelos extranjeros
por exitosos que parezcan, son valiosos para ellos porque ellos a diferencia de
nosotros consultaron su propia realidad para responder a ella desde las
familias, las aulas y el gobierno…
Nosotros, educadores somos
evidentemente responsables de una parte de esta crisis, y es necesario que
hagamos nuestra autocrítica frente al problema, pero no como lo dicen los
medios somos los únicos que debemos pagar el precio de un problema que muchos
más han generado.
El día de la excelencia deberían ser
todos los días, excelencia administrativa, excelencia pedagógica, excelencia
alimentaria, excelencia didáctica, excelencia sectorial… creo que mientras
continuemos en orillas diferentes: gobierno, familia y educadores la calidad
educativa será apreciable únicamente en los costosos comerciales de televisión
que hoy apreciamos.
Por ahora se hará lo que se pueda con lo que tenemos.
Por: gregorio andrés ACHURY GALLEGO
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